Motivados por un deseo, repetimos una y otra vez una conducta que nos trae una recompensa. Así, sin pensar y sin esfuerzo, creamos un hábito.
Dicen que bastan 21 días para adquirir un hábito… Simplemente es falso, ni tardamos 21 días en adquirir ese hábito, ni será para siempre sino lo cultivamos y conservamos. El tiempo en crearlo dependerá de lo complejo que sea el hábito a adquirir. Beber un vaso de agua cada mañana al levantarse no parece muy difícil si lo comparamos con dejar de fumar.
Un hábito no es lo mismo que el aprendizaje de una tarea motora, es algo más complejo, Aunque la rutina de la repetición sea la base, aquí entra la disciplina, voluntad y la recompensa al implantar ese hábito en nuestra vida.
Para alcanzar un hábito, primero empieza por definir qué cosas debes evitar. Identificando lo qué no debes hacer, sabrás qué malos hábitos tienes que cambiar para conseguir tu propósito.
Ejemplo si tu propósito es mejorar tu salud.
¿Qué cosas impiden tener buena salud?
o No tener una dieta equilibrada
o No dormir las horas suficientes
o Fumar
o No hacer ejercicio
o Abusar de medicamentos
o Las preocupaciones
o El estrés
Siempre habrá excusas que impiden buscar tiempo, ganas, energía para cuidar nuestra salud de manera adecuada.
Quizás, porque salimos tarde de trabajar y entre desplazarnos del trabajo a casa, y realizar las tareas del hogar se va toda nuestra energía. Y si además tenemos hijos, ya tenemos todo nuestro tiempo ocupado.
La salud es la base sobre la que se apoya todo el bienestar que podamos tener en la vida. Conseguir cualquier sueño que nos propongamos será condicionado a que tengamos buena salud. Y es que muchas veces no valoramos lo que es tener buena salud hasta que la dejamos de tener.
Una vez que se estableció los malos hábitos o comportamientos que sabotean y condicionan la salud, es momento de incorporar una conducta a la rutina diaria, aprenderlo y mantenerlo día a día, habrá ocasiones en las que te propones empezar un nuevo hábito, tienes todo lo necesario para lograrlo, pero, llegado el momento, aparecen algunos obstáculos que provocan que lo mantengas por poco tiempo o impiden que lo logres. Para ello es importante crear un plan de acción como:
1. Identificar el hábito saludable a conseguir.
2. Establecer metas específicas y alcanzables.
3. Definir un plan de acción de prevención de recaídas.
4. Poner recordatorios y avisos.
5. Controlar y analizar el progreso.
6. Premiar los logros.
Recuerda siempre darte tiempo para que el hábito que quieres adquirir forme parte de ti. Todos tenemos distintos ritmos, por esto, incorpora poco a poco nuevos hábitos, esto ayudará a que disminuya la sensación de frustración y ansiedad que podrías sentir. Fracasar no es fallar, sino que es una forma para poder avanzar.