Conoce 4 motivos por los que puede suceder esto.
La ansiedad por comer se define porque la persona que la sufre siente un gran deseo de comer, apetito que surge de forma impetuosa e incontrolada. La persona siente que necesita comer, aunque ciertamente no tenga hambre, para poder satisfacer “algo” que le está ofuscando.
La hormona del cortisol aumentará en grandes cantidades en nuestro organismo, creando así, efectos nocivos. Nuestro cuerpo-mente, lo interpretará como un peligro y la ansiedad se activará. En la comida hallaremos un refugio, un desasosiego, un momento en el que dejaremos de luchar para sentirnos en paz.
Cuatro motivos por los que puede sucederte esto:
Canalizar emociones por la comida: comer es lindo. Precisamente porque al hacerlo le envía placer a nuestro cerebro, (impulsa el “circuito de recompensa”, para asegurar supervivencia). Lo malo esta cuando comemos para protegernos, consolarnos, llenar vacíos, escondernos, descargarnos
Alimentos ansiogénicos (generan ansiedad y pérdida de control): los productos ultra procesados están diseñados para que no pares de comerlos, no registrar saciedad y necesitar más.
Harinas refinadas y azúcares: Estos generan picos de azúcar con una baja inmediata, creando un hambre rebote. Es usual que te digan que se empieza, y no se puede parar. Por eso trata de quitarles protagonismo en tu alimentación diaria.
Insulino resistencia: esta condición, además de un estado de ánimo que roza la melancolía, falta de energía, dificultad para bajar de peso, que a veces transcurre con algún indicio físico (como verrugas, zonas pigmentadas en tu cuello/codos/ingle, circunferencia de cintura aumentada), suele presentarse con un hambre constante.
La ansiedad por comer es una señal de que llevamos demasiado tiempo sin escuchar las necesidades de nuestro cuerpo-mente. ¡PUEDO AYUDARTE A COMBATIRLA!
